Pero hay un pequeño problema, María es plebeya. De tal forma que el rey debe escoger entre casarse con María y abdicar al trono, o seguir en el trono pero sin María.
Finalmente, el rey decide llevarle serenata, a María. Pero como no sabe cantar, lleva a un juglar, para que le ponga música a los versos que el rey va pronunciando.
El juglar es un hombre muy respetuoso del rey, y trata de musicalizar los versos de la mejor manera posible. Pero el rey en su vanidad y egoísmo, hace dos peticiones fatales al juglar luego de haber escuchado la primera frase:
1-los versos del rey a María están planteados en „TU“, pero el juglar, por respeto, tendrá que cantarlos en „USTED“.
2-cada vez que el rey diga „YO“, el juglar deberá decir „EL“ de manera que María no se confunda, y sepa que el que le canta y le dedica los versos, es el rey.
El juglar, empeñado en complacer al rey, logra, sin proponérselo, hacer estragos de los versos del rey, y hacer además las delicias del público.
Solo los genios argentinos del humor „Les Luthiers“ podrían haber pensado algo así.
Veamos que pasa cuando estos argentinos juegan un poco con el idioma español.