Sí, ¿por qué no? Casi nunca estoy de mal humor, a no ser que me haya enfadado por alguien………..pero lo sucede muy raro.
Me gusta el toque de campanas porque me da un sentimiento solemne. Pero hoy ya no vivo cerca de una iglesia. 🙁
No me gustan los aviones supersónicos, cada vez me asustan.